Dolor en las relaciones sexuales- Resuelto en una Sesión de EFT

Un tema de relaciones sexuales dolorosas es resuelto para una joven mujer al descubrir la conexión a sentirse invadida cuando su madre invitó a su novio a vivir con ellas. Roland Bérar muestra en este artículo cómo investigar más allá aún cuando el tema parece estar resuelto trae más información a la superficie y revela el asunto raíz.


Por Roland Bérard

Shelly (no es su verdadero nombre) vino a verme porque ella había estado experimentando dolor durante las relaciones sexuales desde hacía bastante tiempo sin saber de dónde procedía. Cuando le pregunté en qué momento sentía el dolor, ella dijo que era en el momento de la penetración.

Le pregunté a Shelly “si hubiera una emoción para describir lo que sientes, ¿cuál sería?” Ella contestó: “Ira”, con un nivel de intensidad de 5 en una escala de 0-10. Ella sabía que la ira no se dirigía a su novio, pero ella no podía entender qué era lo que la disparaba.

Hicimos un par de rondas de tapping usando la frase preparatoria:

“Aunque siento ira durante la penetración, me amo y me acepto profunda y completamente.”

Después de esto, le pedí a Shelly imaginar de nuevo el momento de la penetración e informarme lo que se presentara. Ella dijo: “Ahora siento alegría en vez de dolor.”

Podríamos haberlo dejado allí, porque el nivel de ira se había reducido a cero y había sido sustituido por la alegría. Sin embargo, mi intuición me llevó a explorar un poco más y le dije:

“Sabes, cuando pienso en la penetración, lo que surge es algo que tiene que ver con ser invadida…”

A lo que ella respondió de inmediato:

“¡Oh! Yo sé de dónde viene! Mi padre murió cuando yo tenía dos años y medio de edad y fui criada por mi madre. Cuando tenía 8 años llegué a casa del “Campamento de la Biblia” sólo para descubrir que mi madre había invitado a su novio a vivir con nosotras. No había sido consultada en absoluto, y con ocho años, no había nada que pudiera hacer al respecto”

Así que continué haciendo tapping:

Aunque siento resentimiento por haber sido invadida de este modo…

Aunque me siento enojada…

A pesar de que no se me dijo que esto iba a suceder…

A pesar de que al ser una niña pequeña, no había nada que pudiera hacer o decir…

A pesar de que perdí mucha de la atención que obtenía de mi madre…

A pesar de que fui invadida…

A pesar de que esto no era justo…

Para entonces, la sensación de haber sido invadida bajó a cero.

Le deseé a Shelley una noche “divertida” y le pedí que me hiciera saber cómo le fue. Ésta fue su respuesta a los pocos días:

“Tuvimos una noche maravillosa, y algunas más después de esa! No hubo dolor la primera noche, y un poco a la noche siguiente, pero seguí haciendo tapping y mejoró, ja, ja. Mi novio también le da las gracias! (Risas).

He hecho tapping algunas veces más desde entonces, y estoy meditando sobre la liberación de los viejos patrones de pensamiento. Mi energía se siente mucho más liviana y más abierta. Mis períodos han mejorado, con menos cólicos, aunque sí se hacen más intensos por momentos, después de nuestros encuentros.

 He estado haciendo tapping sobre mis problemas con mi padrastro, y estoy feliz de decir que esta fue la mejor Navidad que recuerdo haber tenido en mucho tiempo. No peleamos ni discutimos, de hecho tuvimos una conversación muy en profundidad sobre el cambio de energía que está sucediendo en el mundo ahora mismo! Normalmente, apenas puedo soportar hablar con él sobre el clima!

Nota importante: Mientras EFT ha producido resultados clínicos notables, todavía se debe considerar  en etapa experimental, así que los practicantes y el público deben tomar plena responsabilidad por el uso de ella. Favor de consultar con un profesionista calificado de la salud respecto al uso de EFT.

“RAZONES” EMOCIONALES PARA GANAR Y SOSTENER PESO EN TU CUERPO

El cuerpo tiende a manifestar metafóricamente la solución a las necesidades vitales de cada persona por eso cuando:

  • Necesitas ganar peso en una relación y no lo haces desde tu poder, comienzas a ganar peso en tu cuerpo, volviéndote “más grande” que tu oponente (jefe, familiar, pareja, etc.)
  • Tienes “hambre” de amor, afecto, seguridad, aprecio, etc.  En términos emocionales solo se registra que se tiene hambre, así que ingieres comida para satisfacer el hambre emocional.
  • Identificas a la gordura con la bondad u algún otro buen atributo (simpatía) y tú no te sientes bueno/a, puede ser que tu cuerpo comience a engordar para integrar en tí esos buenos atributos del sobrepeso.
  • Tienes miedo a no tener, miedo a la escasez, a no tener liquidez en tu economía, puede ser que tu cuerpo reaccione creando “reservas” para no pasar hambre o reteniendo líquidos para tener “liquidez”.
  • Te sientes desprotegida/o puedes poner a tu alrededor muros de grasa para protegerte.
  • Sientes miedo a ser infiel, te ocultas del otro sexo bajo esos kilos de más y finalmente de tu propio poder y tus deseos.
  • Tus creencias (heredadas de tus padres o abuelos) dictan que la gordura es saludable o que la delgadez no es deseable.

FIBROMIALGIA RESUELTA CON EFT

En este artículo Rocío Monge nos habla de la visión alopática de la fibromialgia y cómo incoporando EFT a su tratamiento, su cliente se vio libre de todo síntoma y vuelve a ser una persona activa. Escribir a Rocío


Por Rocía Monge

“Nuevamente me siento como una gacela”, me dice Carmen, de más de cinco décadas, ex – portadora de fibromialgia, que presentaba sintomatología desde hace 23 años, además con otras manifestaciones de carácter inmunológico, que complicaban aún más su diario vivir y su desempeño laboral.

Se extrae del Medline, “lo conocido como fibromialgia es un síndrome común por el cual las personas experimentan dolor prolongado en todo el cuerpo y puntos de sensibilidad en las articulaciones, los músculos, los tendones y otros tejidos blandos. Con historia de dolor mayor a tres meses. El dolor se describe como profundo, que se irradia, torturante, punzante o urente y varía de leve a severo. Las personas tienden a despertarse con dolores y rigidez en el cuerpo. Para algunos pacientes, el dolor mejora durante el día y aumenta nuevamente durante la noche, aunque muchos refieren presentar dolor implacable durante todo el día. También se relaciona con fatiga, problemas de sueño, dolores de cabeza, depresión, ansiedad y otros síntomas.
Se desconoce la causa de este trastorno. Aunque ninguna se ha comprobado bien, las posibles causas o desencadenantes: Trauma físico o emocional; respuesta anormal al dolor, áreas en el cerebro que son responsables del dolor pueden reaccionar de manera diferente en los pacientes; alteraciones del sueño; un microbio infeccioso, como un virus, pero hasta el momento no se ha identificado tal virus o microbio.

Otros síntomas pueden abarcar: síndrome del intestino irritable con gases y diarrea y estreñimiento alternando, dificultades de memoria y problemas para pensar claramente, entumecimiento y hormigueo en manos y pies, palpitaciones, disminución de la tolerancia al ejercicio, estado anímico deprimido o triste, jaquecas o migrañas tensionales.

El tratamiento se debe enfocar no sólo en el alivio de los síntomas, sino también en ayudar a los pacientes a aprender cómo hacerle frente a dichos síntomas. Los tratamientos por lo regular involucran ensayo y error: los pacientes pueden empezar con fisioterapia, ejercicio y métodos para reducir el estrés, si estos métodos no logran mejorar los síntomas, se puede agregar un antidepresivo o relajante muscular al tratamiento; los programas de educación a pacientes, llamados terapia cognitiva conductual, que ayudan con las habilidades de afrontamiento, son una parte importante del plan de tratamiento, por último, muchos han encontrado ayuda en los grupos de apoyo. Los casos graves de pueden requerir la remisión a una unidad del dolor.”
Por todo este camino había pasado Carmen, años de estudios y terapias médicas.

Reconociendo lo que médicamente se sabe y se puede hacer por esta entidad patológica, ya que se habla solo de manejo del dolor, mejoría de los síntomas, pero en ningún caso erradicación de la patología. Porque sin duda alguna, contando con los mejores adelantos y la farmacología más avanzada, lamentablemente, no se puede hablar de una cura desde la visión alópata.

Es así, que resulta plenamente satisfactorio, dentro de mi ejercicio como profesional médico, ver que luego de siete sesiones, la consultante se encuentra plenamente restablecida, ha vuelto a ser la misma persona activa y emprendedora como en su juventud.

En ella, desde la primera consulta se objetivó el causal emotivo desencadenante de los síntomas (en gran parte de los casos podemos encontrar este antecedente, que es importante obtenerlo en la entrevista), en varias sesiones, trabajando distintos aspectos, del mismo evento, se fue observando la liberación de toda carga emocional nociva que producía dicho evento, obteniendo al final, por parte de ella, una visión, bastante objetiva y amable, de lo ocurrido. Lo rescatable y fundamental en el trabajo con ella, es su adherencia, constancia, al ir observando, como su visión ante la vida y todos los sucesos dentro de ella, iban teniendo otra ponderación, que la llevaban a ser ella misma, pero mejor aún, más plena y con la madurez y sabiduría obtenida y premiada por su edad y por cada una de esas mismas experiencias.

En la última consulta, fue maravilloso verla, con la jovialidad y encanto que son propios del Alma Juvenil, justo en la época que se iniciaron sus síntomas.

Con EFT, se trabajó siempre la aceptación de todo, lo relacionado a la patología misma, a sus propias emociones, todo se fue obteniendo desde lo que ella iba dándose cuenta. Podría concluir, y es lo que me reafirmó tratándola, es que hice el acompañamiento más genuino, el solo acompañamiento que hizo en ella despertar su ser sanador.

Por Rocío Monge

Nota importante: Mientras EFT ha producido resultados clínicos notables, todavía se debe considerar  en etapa experimental  así que  los practicantes y el público deben tomar plena responsabilidad de su uso. Favor de consultar con un profesional calificado de la salud respecto al uso de EFT.

LA VOZ DEL SÍNTOMA

El cuerpo “habla” y muchas veces “grita” a través de la enfermedad y del síntoma. Habla y grita porque el cuerpo es el único medio por el cual hay posibilidad de expresión, dado que a nivel consciente existen barreras que no posibilitan esa salida para una integración completa de mente cuerpo y emoción. Darle voz a nuestro cuerpo, a nuestras partes internas no reconocidas es uno de los caminos para una verdadera unión con el “Ser” que somos y con nuestra “verdad”. El conocimiento de uno mismo, el crecimiento personal, no puede dejar de lado al cuerpo que lo sostiene, que ha acumulado sensaciones, vivencias, sonidos, amor, recuerdos, conocimientos. Este cuerpo tiene su lenguaje. Aprenderlo implica sobre todo ejercitar “la escucha”. Si escuchamos la parte de nuestro cuerpo que se queja, que duele, que no se encuentra sana, la distinguimos del resto para darle su espacio para hacerse oír. Esta parte distinguida, como puede ser un órgano no sano por ejemplo, revela una relación negativa con nosotros mismos y aspectos que nos son propios que no queremos reconocer.

Transcribiré partes del libro “Enfermedad, Síntoma y Carácter” de la Nana Schnake en el cual relata experiencias con pacientes que presentaban diversas patologías. Los ejemplos son muy reveladores de cómo se puede trabajar a nivel psicoterapeutico una enfermedad acompañando al tratamiento médico.

El primer paso es entender y vivenciar el verdadero mensaje de la enfermedad, y desde allí intentar que la persona se conecte con los aspectos negados o rechazados de sí misma.
En nuestra ignorancia u olvido de aspectos fundamentales de nuestro cuerpo, no es fácil de hablar de estos mecanismos inconscientes, inadvertidos, reprimidos o mantenidos fuera de nuestra consciencia para que no choquen con la realidad. Más aún cuando esas características de nuestros órganos de oponen a nuestra idealización.
La verdad es que es tan poco lo que sabemos de nosotros mismos, que no puede sorprendernos que dejemos fuera todos los aspectos que nos parecían inútiles o negativos. Y sin embargo, el organismo que somos necesita mantener en armonía una tan amplia y compleja variedad de elementos que no puede negarle presencia ni valor a ninguno.
Cuando facilitamos que la persona se ponga en contacto con un órgano, al que está culpando de la enfermedad o un síntoma, no nos conformamos con que corrija la información equivocada y suprima la pelea (aunque eso ya es un logro para la enfermedad misma): la colocamos en el lugar del órgano hasta que logre sentir y vivenciar la característica más esencial de ese órgano y la que más combate.
Por ejemplo, si una persona que habla con sus arterias, porque tiene hipertensión arterial, se describe como incapaz de “dejar pasar nada sin controlarlo”, ya que es persona y son demasiado complejas sus funciones tampoco puede ser muy flexible, es frecuente que la primera vez que se ponga en el lugar de una arteria, a lo sumo pueda repetir las características de éstas, sin asumirlas con todo el cuerpo. Con un buen manejo del diálogo, el terapeuta puede facilitar que aún el más resistente de los pacientes, tendido en el lugar de una arteria y teniendo que repetir el discurso de ésta con verdadero compromiso -sin sentirse inferior o poca cosa por ser “solo” una arteria- llegue a sentirse absolutamente relajado y plácido mientras dice:

Nací para esto, para dejar pasar el impulsar la sangre tal como viene, no tengo que controlarla, ella sabe lo que trae y lo que entrega, y mi flexibilidad le permite avanzar, es tan cómodo tener el camino trazado.

En este momento, esa persona vivencia, quizás por primera vez desde su infancia, lo que es la tranquilidad y la confianza de dejar que algo pase sin necesidad de controlarlo, o lo que es sentir la flexibilidad.
Ese sentir es el inicio de que un verdadero cambio ocurra. El ser flexible es ahora una mandato organísmico, que puede protegerlo de un derrame cerebral, y no simplemente de un cambio caracterológico para complacer a quienes lo rodean.
Esto es algo absolutamente diferente de una mera comprensión intelectual, ya que no es fácil ser arteria cuando hemos desarrollado grandes aptitudes para retener y controlar todo, y sin ellas no podemos ser. Cuando la vivencia nos lleva claramente a una sensación, la asociación de recuerdos y situaciones se nos hace presente de un modo incontenible y es allí donde el terapeuta tiene que colaborar con el paciente para facilitar el resolver -en el Aquí y Ahora- situaciones inconclusas.
En general, podemos decir que los “Darse Cuenta” producidos se mantienen y se pueden llegar a producir cambios profundos, cuando las personas están fuertemente motivadas por la necesidad o urgencia de revertir la situación actual, que es por ejemplo, el caso de las mujeres que sienten que se acerca una edad crítica y que no han quedado embarazadas. En estos casos, el trabajo con el útero les muestra características que han rechazado violentamente y que no parecen dispuestas a revertir o a ver siquiera algo positivo en ellas. Al contactarse vivencialmente con su útero y ver las cualidades que él tiene para el papel que debe desempeñar, por lo menos dejan de pelear con esas características y luego de “algún” trabajo terapéutico con su madre o con quien sienten negativo y peyorativo del hecho de ser mujer, se producen cambios caracterológicos y, frecuentemente, lo que tanto ansiaban: embarazarse.”

Fuente: Adriana Schnake. “Enfermedad, síntoma y carácter”. ed. Cuatro Vientos.

LAS EMOCIONES PUEDEN ENFERMAR NUESTRO CUERPO

Psic. Daniel González Perea

Cuando una persona presenta algún tipo de malestar físico es normal que acuda con un médico especialista para averiguar la causa de dicha afección y así, posteriormente, encontrar la solución al problema. Sin embargo, existen casos en los que después de una adecuada revisión médica, nos encontramos con que aparentemente no hay un motivo claro desde el punto de vista médico que justifique ese malestar, y no sólo eso, sino que, en ocasiones, escuchamos frases como “lo que le está pasando es psicológico” o “el problema es emocional”. Tal puede ser el caso de algunos padecimientos comunes como dolores de cabeza, taquicardias, enfermedades gastrointestinales (colitis, gastritis, etc.), afecciones en la piel (dermatitis, etc.). Pero, ¿puede ser que algo que sucede a nivel emocional se pueda reflejar en nuestro cuerpo y que llegue incluso a provocar una enfermedad?

Para responder a esta pregunta es importante aclarar qué es la angustia y cuál es su relación con el cuerpo, para posteriormente comprender cómo una situación de corte emocional puede acarrear consecuencias a nivel fisiológico, así como identificar las circunstancias que nos podrían predisponer a una situación de este tipo.

En términos generales, la angustia constituye un estado afectivo de carácter negativo o displacentero, que funciona como señal de alarma ante un peligro desconocido, que puede o no presentarse en la realidad. Podemos sentir angustia ante la simple idea de algo que pudiera pasar, a pesar de que no esté sucediendo realmente en ese momento. Ahora bien, es muy importante establecer la diferencia que existe entre la angustia y el miedo, ya que en éste último sí tenemos identificada la fuente que provoca el temor; sin embargo, la característica principal de la angustia consiste en no saber a qué nos podemos enfrentar, y es precisamente por ello que se torna tan desagradable el sentirse angustiado.

Dependiendo de la fuente que provoca la angustia, así como de la intensidad con la que ésta se presenta, también suelen manifestarse signos a nivel fisiológico, como sudoración, taquicardia, mareos, sensación de que se nubla la vista, respiración agitada o sensación de que falta el aire, opresión en el pecho, etc. De esta manera, vemos cómo un acontecimiento de corte emocional viene acompañado de señales de alarma a nivel corporal.

Por otro lado, también es importante destacar que a partir de estas señales, la angustia puede derivar en otros padecimientos de corte orgánico.

Existen muchas situaciones en la vida cotidiana que generan angustia, tales como una entrevista de trabajo, iniciar una relación de pareja, presentar un examen, exponer un proyecto en el trabajo, la actual crisis económica global o los brotes de enfermedades respiratorias como la influenza. Una persona podrá sentir o no angustia, dependiendo de las herramientas y fortaleza con las que cuente para hacerle frente a situaciones de la vida diaria. Tal vez para cierta persona sea muy estresante un cambio de trabajo, sin embargo este hecho puede ser de lo más normal para otra.

No obstante, es de suma importancia poder identificar y hacer consciente la fuente original que provoca la angustia, así como su relación con la realidad psíquica y emocional particular del individuo, ya que, generalmente, la angustia se presenta por causas de las cuales un individuo no tiene conciencia. Es decir, si una persona se siente sumamente angustiada porque tiene que cambiar de lugar de residencia, probablemente en el fondo la fuente original de la angustia no es el cambio en sí, sino las consecuencias que éste pueda acarrear, tales como una mayor responsabilidad, la separación de sus seres queridos, el temor de fracasar ante un nuevo proyecto, etc. Y son estos últimos aspectos sobre los que será fundamental trabajar, con el fin de que esta angustia no crezca cada vez más.

Ahora bien, cuando no se detecta la fuente original de lo que provoca la angustia, sucede que el cuerpo puede comenzar a ser partícipe de la situación, y entonces emitirá señales cada vez más intensas de que algo no está del todo bien. Si no podemos hablar ni hacer consciente el motivo que genera la angustia, el cuerpo tratará también de “expresarse”, por medio del trastorno de alguna de sus funciones. Para evitar lo anterior, es muy importante identificar en primer lugar si la causa del malestar es realmente de tipo orgánico. De lo contrario, se recomienda iniciar un proceso terapéutico, con el fin de tener la oportunidad de explorar qué factores de la vida diaria así como de la historia personal del individuo están provocando esta afección en el cuerpo, al grado de convertirse en el depositario de aquello que nos angustia pero que no sabemos a ciencia cierta qué es. Una vez identificada la fuente de la angustia podremos trabajar sobre sus consecuencias e implicaciones, para despojar poco a poco al cuerpo de un malestar psíquico que no tuvo otra manera de expresarse.

PARA LOS ESCÉPTICOS DEL EFT

Hola a todo/as,

Gary Williams el fundador de la Revista Mundial de EFT, les da a los escépticos algo para pensar en la medida que explora esta “idea placebo” con un caso real.

Abrazos, Gary


Por Gary Williams

Hola Gary,

Uno de los aspectos más duros con los cuales me tengo que enfrentar cuando trabajo como entrenador de EFT o introduciendo el proceso a los recién llegados es tener que explicar lo que es un inusual y extraño procedimiento. No me sorprende que haya tanta gente escéptica y encuentro que es muy interesante que aún ellos obtengan resultados, si se animan a probar el procedimiento.

Gary Craig ha escrito muchos artículos sobre cómo enfrentar con el escepticismo y vale la pena pasar tiempo estudiando estos artículos ya que pueden ayudarte a construir puentes con las personas que se resistan al proceso.

Recorriendo Internet encontrarán un montón de habladuría sobre EFT como siendo simplemente un placebo, como la píldora de azúcar de un médico. En términos médicos un placebo es una sustancia inerte que se le administra a una persona y la creencia personal que la sustancia será efectiva y permitirá que ocurran cambios en su cuerpo. Se dice que generalmente un porcentaje del 30 – 35% de los individuos a quienes les han suministrado placebo muestran mejoría en la condición por la cual están siendo tratados.

Aquí está lo que dice Gary Craig personalmente del efecto placebo: “Los efectos del placebo requieren cierta creencia en el proceso y esto es raramente el caso de los recién llegados a EFT. También, EFT puede parecer ser una distracción, no funcionará si el cliente está, de hecho, distraído. Es por esto que el cliente repite continuamente una frase recordatoria que “resuene con el problema”.

Recientemente tuve una situación inesperada que me permitió testear el uso de EFT en un contexto dramático que fue también un evento que me trajo a la mente el efecto placebo. Como yo, ustedes también deberán haber atravesado situaciones no placenteras en sus vidas, situaciones que los dejaron disgustados o un poco mareados y de cierta manera incómodos.

Una de estas situaciones me sucedió recientemente en un viaje al centro de la ciudad. Estaba viajando en un bus atestado de gente, con el usual manejo temerario del conductor y el zumbido de muchas conversaciones en aumento. Esto fue hasta que doblamos en una esquina ciega y descubrimos una escena devastadora, dos autos perdiendo nafta y aceite, con humo saliendo de uno de los autos que estaba a medio camino arriba de un árbol, y el otro tan dañado, que su frente era totalmente irreconocible.

Por suerte con los modernos cinturones de seguridad y bolsas de aire, sólo pequeños daños habían ocurrido. Lo que fue interesante desde mi punto de vista fue que normalmente hubiera huído de esta situación, mi estómago se hubiera revuelto y hubiera dejado a otro que enfrente esto, de hecho el conductor estaba por dar marcha atrás a su ahora silencioso bus y clientes para salir de la escena aunque no hubiera otros servicios de asistencia.

Lo que encuentro interesante ahora es que simplemente le dije al conductor que me dejara salir y me encontré a mí mismo confrontando la situación devastadora y preguntando a la gente si estaban bien. Una chica joven estaba absolutamente histérica, gritando sin sentido.

Me acerqué a ella, mirándola a los ojos y le dije “Lo que estoy listo para realizar es un poco extraño” y entonces comencé a hacer tapping en su cara y manos mientras sostenía la mirada firmemente. Luego de unos segundos, para mi propia sorpresa ella dejó de temblar y se calmó totalmente. Era como si hubiésemos construido una isla de calma en medio del caos.

Recuerdo que ella dijo “Llegaré tarde a recoger a mi padre”- una cosa extraña para decir, entonces le recordé que había tenido un accidente y que buscar a su padre debería esperar. Mientras tanto los servicios de emergencia habían sido llamados, cuando llegaron, ella subió calmadamente a una ambulancia para ser asistida.

No fue hasta que comencé con mis compras, que pensé sobre lo ocurrido. Lo interesante fue que esta mujer no tenía idea de lo que yo iba a hacer, no teníamos rapport ya que yo era un perfecto extraño ni ella tenía idea acerca de lo que era EFT o cómo funcionaba. Así que es interesante como aún la ayudó a encontrar un nivel de calma que nunca hubiera llegado con una conversación, especialmente tan rápido. Sé que he tratado de calmar gente en el pasado solamente hablando y créanme que lleva mucho más tiempo. ¿Así que es EFT es un placebo?

Gary Williams